sábado, 11 de diciembre de 2010

Después de la tormenta se acercaron para reconocer a los sobrevivientes. Ninguno había.
Un ángel pasaba lista a los muertos, otro ángel señalaba a los desfallecidos por el miedo, a las viudas, a las madres, un tercer ángel les lavaba el rostro con el agua sana d ela locura. Los hombres lloraban y juntaban madera y una turba de niños espantaba las moscas que se posaban sobre las muñecas caídas. Los perros estaban graves, pensaban que el destino era un montón de huesos caminando a la deriva y se lamentaban por el hambre de los Hombres, que les habían enseñado a vivir de las sobras, se preguntaban si existiría ese Gran Hombre que los hombres adoraban y si estaría pronto a terminar su cena y si con piedad semejante dejaría caer los restos de su cena para estas pobres criaturas famélicas y desesperadas.
Al anochecer encendieron la fogata, una mujer sollozaba y había quien, en la rueda, miraba todos los rostros, esperando que alguien se riendo y diejera de pronto: "Hey, levantate y anda!", pero todo continuaba igual, sobre el ritmo inteligente del tiempo, sobre su columna despezada, en curva recta y a la deriva.

domingo, 31 de enero de 2010

POR FIN Y PRINCIPIO

estoy segura
todos los momentos mágicos
no valen este mundo raro
ni los signos desvelados
que nos sueñan mejor
de lo que nosotros pensamos
porque estas calles se rebelaron de pronto
en agujeros de gusano:
quien te engulle te ha devastado
para sembrarte en campos
donde las flores amarillas
no son una rareza,
una debilidad ante tus ojos
y la sombra de tus antepasados
no hiede a horfandad como de este lado
ni tus vástagos han de ser
algo semejante a carne, hueso y tierra con alma
Antes de que lo piense, habrás vuelto
habrás crecido vertiginosamente
y serás un niño
probablemente riendo ante tu propia estatua
Te hallaré despues de un atajo
después del estallido
y bajo el rumor
de los campos cercanos lejanos
iremos a beber al río
brindaremos con los escudos
por el alma de los vientos vertiginosos
que nos cubren la boca con tierra
y nos llenan los ojos
con ciudades de rodilla
armados
haremos como si nada hubiera pasado
como si nada estuviera pasando,
será ese el mejor atajo
a los túneles que nos devuelvan
a la verdadera guerra
en la primera y últimna
de las calles vencidas

una vez más el cielo se cierra
como una gran mano que sufre
y todo lo que digo:
no es esto
no es esto
no es esto

Alejandra Aracri
Argentina

Con este poema participo en el segundo Concurso de Poesía de Heptagrama